PROBABLEMENTE NO HAY CRISIS

NO, no estamos en crisis. Al menos en esa crisis romántica del sentimiento trágico de la vida. Ya pueda afirmar nuestro Zapatero remendón que es una crisis sin precedentes, pero –no- ni mucho menos, sólo estamos hablando de cierres, de caídas de bolsas, de falta de liquidez, de descalabro financiero. Pero ya nada es como antes –falta el romanticismo- la honradez y el honor de aquellos magnates y empresarios, a los que veías tú que se arruinaban de verdad. Ahora, ¿han visto vdes, a algún hacendado despojarse de su impecable traje de ejecutivo…a algún multinacional-empresario tramitar los papeles del paro…algún prevaricador de baja por depresión…algún traficante de influencias con dolor de corazón…algún malversador de fondos confesando sus pecados?. Qué vá, si acaso lo habrán visto imputados; negándolo todo entre un bosque de alcachofas mediáticas, paseando por los platós de las televisiones basuras contando sus mentiras pagadas a golpes de millonarios cheques. Si acaso lo habrán visto vdes, ingresar en la cárcel, como el que llega a una celda de aislamiento espiritual, a modo de monasterio benedictino, tranquilo y confiado de tener sus amasadas fortunas a buen recaudo. Las grandes empresas, las múltiples sociedades de dudosa filiación abiertas con el ánimo de lucro para evadir capitales, han quedado vacias, desangeladas en manos de los pobres jefecillos que no saben como dar la cara –la cara tan dura- que hay que tener, para desaparecer sin dejar rastro. Los capitalistas de esta crisis de pacotilla, han sabido nadar y guardar la ropa –ya nada es como antes- lo primero es lo primero, hay que enriquecerse como sea: a través de sofisticada operaciones bancarias de desvío de capital o por el procedimiento rudimentario del dinero debajo del ladrillo o amontonado en bolsas de basura. Siempre habrá a disposición de estos ladrones sinvergüenzas, un edil con ambición de Alcalde que cobre sustanciosas comisiones por facilitar las cosas. Lo cierto y verdad de todo esto es que ya no hay crisis como las de antes, aquella romántica crisis del 29, cuando cientos y miles de Empresarios honorables, hacían cola para lanzarse al vacío desde sus alturas perdidas. Hoy sólo nos enteramos de los suicidios camicaces, procedentes del terrorismo o la violencia de género. La crisis es para los que trabajamos día a día asustados por que dejemos de trabajar.