DISFUNCION BLOGUERIL

DISFUNCION BLOGUERIL

Que un bloguero escriba en su blog cuantas veces y entradas le apetezca, me parece lo más correcto del mundo –libre es y líbranos señor de gozar o sufrir de su albedrío- lo que me parece abusivo, es que aproveche su blog, para lanzar un mensaje “subliminal” y arrojar la toalla, culpando a terceras personas de sus propias carencias creativas. Cerrar un blog a veces se agradece y otras se lamenta, pero hacerlo autoimmolándose con claros síntomas de victicismo, me resulta vomitivo. Todavía más vomitivo y viscoso, resultan los ecos de vanidad que produce en la blogosfera esta impotencia de toda la vida, bautizada ahora con el nombre cursi de “disfunción eréctil” . Impotencia de querer sentirse alguien, siendo un donnadie o arlequín que distrae a la corte haciendo “remake” de verso fácil e imitando a los que fueron sus maestros…¿Pero qué delito tiene copiar a un juntaversos que de vez en cuando toca la flauta por casualidad?...¿o también quieres que la SGAE nos cobre un canon por leerte?. Conozco perfectamente a este tipo de blogueros, aunque ellos mismos se delatan con el tiempo: sus antecedentes proceden de los viejos foros, donde cuando no hacían reir al personal con su gracia pajolera, trataban de emocionarlo con sus letrillas tan emocionantes como melodramáticas, provocando el pasteleo reiterativo del: “olé-te debo una-esta noche pago yo-bajo la denominación de origen que más tarde lo coronaba como maestro”. Al tiempo que desaparecían, cuando sus neuronas le delataban o nó recibía la dosis deseada de incienso de sus acólitos, aduciendo razones de lo más descabelladas. Fueron también ninguneados o baneados por los moderadores y lo que es más fuerte, volvieron a lamerle los glúteos a quien tanto difamaron, llegando incluso a convertirse en sus amigos. Todo ello trasladado a la blogosfera, es lo que aún me resulta más nauseabundo, si se tiene en cuenta a estos energúmenos que utilizan a los blogueros que siempre han llevado una línea y caminan de buena fe, haciéndolos caer en su propia trampa de intercambio de comentarios bucólicos pastoriles a tenor de: “Eres un maestro-un genio-brillante-exquisito-voce-el placer es mío-no soy digno-ni humildemente lo merezco”. Ciertamente bochornoso y lamentable, que ciertos blogueros que dicen practicar la humildad franciscana, vestidos con harapos del siglo XVII, practiquen esta burda compra-venta de halagos a cambio de que su “ego” se vea recompensado, cuando después les traiciona el subsconciente, presumiendo de saber de ortografía y atreviéndose a corregir, lo que en términos literarios podría calificarse como errata (sepa mi querido Aguaó, que el maestro García Márquez también tenía problemas, como así nuestro Premio Nobel, Juan Ramón Jimenez, autor del entrañable Platero y yo –el burro delante para que no se espante-). Y no quiero seguir extendiéndome, porque no acostumbro, termino diciendo que: “ya pueden llover croquetas” que a este Zorro, por muy zorruno que se le trate de calificar, se reafirma en su opinión: Habeis entrado en el trapo sucio de quien sabe torear en todas las plazas, aunque os parezca cruel y la justicia me ciegue. Pero en fín, nunca fueron más ciertas las estrofas de estos buenos versos (que no ripios) del inmortal Rubén Darío: Diga usted sin tón ni son/y mil veces si es preciso/al feo que es un narciso/y al zopenco, un salomón…y mientras mofe al que baje/y mientras al que suba inciense/el día que menos piense/será usted un gran personaje.

Vuestro amigo, el Zorro. Perdonen si no me quito la máscara.