Me he alegrado de la derrota de Madrid, como sede favorita para los JJOO del 2016, como si hubiera ganado. Lo he hecho con la misma alegría y satisfacción, pensando en nuestros deportistas de élite y el grran momento que atraviesan en el ranking mundial, por ese orgullo que hubieramos sentido los españoles que estamos por y bajo la misma bandera. Por la bofetada sin mano que le hubieramos dado a los separatistas que se quieren independizar de la madre patria, pero sin dejar de pertenecer a la Liga Profesional de Fútbol española. Con el mismo ímpetu y emoción, me he alegrado de que Madrid haya sido derrotada y sobre todo por un rival, que aunque continue rozando los límites del “tercer mundismo”, resurge de sus propias glorias y miserias, gracias a este reparto equitativo de la justica que le otorga el privilegio de ser la primera sede Sudamericana, donde se van a celebrar unos JJOO en la historia. Me he alegrado de la derrota de Madrid, no por la ciudad de Madrid, ni por los madrileños –vive Dios- que con ellos iría a los mismísimos infiernos y después, como reza la cita: al cielo…Me he alegrado por la sede, por lo que significa como villa y corte, centro y corazón de la política y los poderes públicos, capital de un país, cuyos ineptos gobernantes nos están llevando a la puñetera mierda.
Es que no les dá vergüenza a las grandes instancias del país, empezando por la institución de la Corona, el ejecutivo, el poder legislativo, los representantes judiciales, las Cortes y todos los demás comités y distintas delegaciones que se han unido a uña y carne, para defender y promover a Madrid, como sede de unos JJOO –yéndole la vida en ello- no les dá auténtica vergüenza.. ¿porqué no se reúnen así –uña y carne- para sacar al Pais de la crisis en la que se vé inmersa…porqué no aúnan de igual forma sus esfuerzos a sabiendas que somos la sede de la comunidad europea que más tiempo va a tardar en salir de la reseción?. El mismo día que se dio a conocer las cifras del Paro en el mes de Septiembre, más de 3.700.000…ese mismo días viajais a Coopenage, para defender a ultranza y bien avenidos, una ilusión con faraónicas inversiones que sólo garantizan el éxito mediático. Pues dejadme que os escriba, que rotundamente NO OS LO MERECEIS, ni como vividores del mangaso llamado C.O.E., ni como representantes del Gobierno, las cortes, las Autonomías y todos los demás departamentos que utilizais los fondos presupuestarios para invertir en corazonadas y sueños de grandeza, las grandes partidas de dinero público, que servirían para paliar parte del déficit que padece esta nación. Me he alegrado de la derrota igual que si hubiéramos ganado, sobre todo cuando ví por televisión el paripé informativo-festivo, que habían montado frente al Palacio de Oriente –ay dolor- ¡qué vergüenza! Y que forma más flagrante de desviar la atención.
Mi querido Justiciero, una ves mas le tengo quedar la razón, ese día nadie pensaba en la crisis, en el paro, ni que somos la cola de todos,
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