LA GALA DE "CALLEJEROS"

Había fiesta por todo lo alto en La Cañada Real; Los Vikingos y Las Vegas. Los tres barrios, las tres zonas y los tres asentamientos nominados para los Premios “Callejeros” por la Academia de “Malestar” integrada por reporteros y Becarios liberales del T.P.L.A. (TODO POR LA AUDIENCIA). Tanto a Madrid (Cañada Real); Córdoba (Los Vikingos) y Sevilla (Las Vegas), se desplazaron para entregar los premios, los intrépidos reporteros de TPLA-4, que habían mostrado a toda España su excelente trabajo divulgativo sobre el espectáculo circense de la Marginación con magníficos resultados de crítica, público y audiencia. La Cañada Real optaba al Premio del Mejor Punto de Venta de Drogas de toda España, por su impunidad en el tráfico de clientes y jeringuillas por metro cuadrado. Los Vikingos competía en el mismo apartado, pero con acceso a recibir el premio en su modalidad de “mejor” chabola con síndrome de Diógenes incluido. Y por último, Las Vegas en la categoría de mejor coche Disco-tuneado. Nadie quería perderse La Gala de Callejeros del la noche del viernes. Los grandes diseñadores de la moda “hit, fun funki, friki, street-dance” –o como leche se llame- rivalizaban en sus modelos de pantalones por debajo de la cadera, sudaderas con gorras, gorrillas daleadas, deportivas con lenguetas por fuera; pijamas de fantasía; batas de guatiné multicolores y sobre todo profusión de joyas y avalorios macizos que relucían sin pudor por las pasarelas de lodo e inmundicias de los distintos escenarios de la Gala. La Gala se abrió como siempre, porque para Los Callejeros, cada día es una gala de supervivencia y resignación. Y nadie como ellos lo lleva mejor a Gala; los reporteros fueron recibidos por todo lo alto, sus puertas siempre permanecen abiertas, no hay miedo a las cerraduras ni a los cerrojos, prefieren la cadena y el candado, la tranca y la cortina. Para los nominados la fiesta es una continua improvisación, surgen la vena flamenca cuando ven una cámara, las palmas se arrancan al compás, sacan al rajeo de una vieja guitarra lo que no hay en ningún pentagrama y los niños ensayan un baile aprendido de nacimiento. Allí estaban todas las televisiones como aves carroñeras. Ningún medio de comunicación quería perderse la Gala de Callejeros, la alfombra de cartones y piedra por donde pisan los “otros goyas” con el busto de Camarón. Eso sí, no había autoridades, aunque los fotógrafos confundieron a un patriarca con Chamizo el Padre Defensor del Pueblo por su parecido más que razonable. Ausencia total –por supuesto- de políticos, aunque se corrió la voz de que encontraron mezclada entre el público a Malena, la Ministra de Bienestar, que resultó ser el nombre artístico de una muchacha de Las Vegas, con un parecido físico también más que razonable. Se hizo un silencio sepulcral cuando se abrieron los sobres: y el premio a la mayor vergüenza social es para…