EL ASESINO ESTA EN EL "TUENTI"

EL CRIMINAL ESTÁ EN TUENTI
Que nó -papá- que nó, que eres un pesado, que no me agobies más, que aquí solo están mis amigos, mis amigas...que aquí sólo colgamos nuestras fotos, las tonterías que hacemos en casa. Lo ves, -mira- el cumpleaños de fulanita en su parcela; la barbacoa de “menganito” en el club; la excursión a isla mágica; al parque del Alamillo...lo vés, lo vés...¡anda déjamé ya, y no te metas...tranquilo, tronco...tranquilo! ¿Pero y esas fotos de morros, mostrando los encantos de un posado digno de modelos; tan insinuantes, tan íntimas...y esos gestos tan claramente lésbicos que exhibís tú y tus amigas...y ese del “zarcillito” frente al espejo marcando abdominales?. ¡Qué necesidad teneis de exponer públicamente vuestras interioridades!..¿con qué fín?...¿A qué obedece este macro escaparate ?...Pero tú sabes acaso de lo que estás hablando...si aquí no puede entrar nadie que no haya sido previamente invitado por nosotr@s..¡anda, más te vale!.
Pues precisamente sí sé de lo que estoy hablando. Estoy hablando de que maldito sea el Tienti del carajo y la puta madre del msm, hits y sus muertos, cuando estais todos los adolescentes metidos en él, juntos y revueltos: los buenos y los malos, los tontos y los listos, los equilibrados y los desequilibrados, los adaptados y los inadaptados, los criminales y los asesinos; los inocentes y los culpables; los autores, los cómplices y los encubridores, los amigos y los enemigos y hasta los príncipes y los mendigos. Todos buscando el “no sé qué” de esta sociedad hedonista que tanto se mira su metrosexual ombligo. Sé, muy bien de lo que estoy hablando, porque me lo han advertido las voces de los primeros padre preocupados por el tiempo, el tiempo que pasan nuestros hijos al frente de esa santo y seña de su identidad que se llama Tuenti; las primeras voces que saltaron encendiendo los gálibos de las alarmas. El asesino de Marta, estaba en el Tuenti. El cobarde seguía impunemente lanzando mensajes de “killo-killo y killo”, mientras toda Sevilla, buscaba a la joven desaparecida y su presuntos “socio” colgaba los primeros carteles...¡cuantos cinismo!... ¡Qué fuerte, qué fuerte -¿verdad hijo de la gran puta?...veinte días agazapado en el Tuenti, hasta que la policía te ha metido los dedos para vomitar tu abobinable crimen. Y a tí, ahora no sé que decirte -hija mía- ojalá que esas lágrimas purifiquen tus ojos y los mantenga bien abiertos ante la soberana indefensión que padeceis los navegantes perdidos por la fascinante atracción de esta delirante red de redes.