Pregón Insufrible...

Hubiera Vd. Seguido con El Amor, aunque hubieran sido ripios sus letrillas y emocionándonos con el vaivén de la Amargura cuando se lleva la luz del domingo prendida en su candelería y con la cita de la Salud y el Refugio que busca San Bernardo todos los miércoles santos. Hubiera Vd. Marcada el camino a la vida eterna que señalan los brazos abiertos de su Cristo de la Buena Muerte y continuar con Triana, como lo hizo arrancando jirones de emoción a esta ciudad expectante…pero NO, don Enrique Henares, Vd., se empeñó en pararse en el “rinconcillo” de su gloria y emborracharse de Pregón echando balones fuera con todo el escenario para Vd., y lo que hizo fue cansarnos, aburrirnos, incomodarnos, mirar el reloj, distraernos en su chillona corbata y arrancar –muchos aplausos tan fáciles como necesarios para poder digerir su pregón insufrible-.Además, ofendió Vd., a sus hermanos y cofrades de Sevilla. Sí, los ofendió, porque por muy comprometido que se crea un pregonero con la Iglesia y su posicionamiento social, no es lugar el atril del maestranza, para exclusiones por razones, políticas, credos e inclinación sexual. Por tanto hay que dar testimonio como cofrade y cristiano de solidaridad y sobre todo misericordia con todos nuestros hermanos, sin distinción alguna. El pregón de la Semana Santa es otra cosa –no se van a enterar- quienes como Vd., aprovechan este lugar de privilegio para desviarse de lo que realmente se trata: expresar vivencias, (no jactarse en público de lo bien que le vá la vida personalmente ni la envidiable familia que tiene), sacar a Dios a las calles, embriagarnos con su luz, hacernos llegar el perfume de los naranjos, sacudirnos la memoria y embriagarnos de buenos recuerdos, invitarnos a la vida sin reproches de otros abortos posibles, que ya bastante tenemos con los malos tiempos y augurios de futuro incierto. Para lo demás, están los políticos y embaucadores, los viejos predicadores de apocalípticas homilías. Pero bueno, en fín, ahí quedó su Pregón insufrible. Gracias don Enrique por su esfuerzo y dedicación…ya sabe Vd., que NO ha gustado, que Sevilla otorga con su silencio e indiferencia. Otro año será, lo importante es que ahora sí que viene el verdadero Pregón de la Semana Santa de Sevilla, el que vamos a vivir dentro de unos días.