Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...

Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...
"la justicia es ciega, pero no tonta"

martes, 20 de diciembre de 2011

En tierra de nadie

Estás en “tierra de nadie”, sientes una opresión inexplicable, crees que te duele el corazón y un hormigueo recorre tu torso, desde el estómago al esternón. Te preguntas si ha muerto el amor, se ha roto o quizás esté sedado. La inquietud te perturba y la mente te traiciona con preguntas hirientes a las que quieres encontrar respuestas lógicas. Es verdad que has amado egoístamente, es verdad que no has sabido cuidar del jardín donde estaban dispuestas a crecer las más exhuberantes flores, Es verdad que los árboles abandonados no dan buenos frutos; que no sembrastes más que la duda y el desconcierto, la inseguridad y el pesimismo...pero tambien sufriste, sufriste porque la persona que más amabas no entendía la expresión de tu lenguaje, no acababa de descifrar el contenido de tus cartas de amor; la luz de esa mirada que la buscaba por todas partes, aunque no era capaz de llamar su atención. Claro que sí, que la querías con locura; que te morías de celos, cuando hablaba con tanto desparpajo como rigor, con aquellos amigos del infierno que sólo pretendían un favor a cambio de tantos interesados favores. Estabas locamente enamorado de su arrogancia, de su seductor descaro; de la fuerza irresistible de su voluntad, pero sobre todo de esa belleza natural y la hermosura que atesoraba, tanto como persona, como por en ese físico sensual y salvaje cuya silueta se enardecía a la luz del sol. Amores contrariados, amores de fábula que exprimen el jugo de la autenticidad y no caen en la rutina, porque la misma la rutina los lleva a naufragar en deriva. Ya sabes lo que se siente pisando “tierra de nadie”, te quieres beber la vida sorbo a sorbo y sólo le extraes el sabor de una mala resaca. Quieres volver a ilusionarte, escuchar las palabras gloriosas de una declaración o declarar públicamente la necesidad de cariño, pero ahora no hay palabras, porque suenan trasnochadas o falsas y las caricias son demasiado previsibles; crees que te duelo el corazón y el alma, pero lo que en verdad te duele es el tiempo vivido tan intensamente como desaprovechado y quisieras volver a los momentos inenarrables, saltándote todo los inútiles preámbulos; dar para recibir, recibir a la máxima potencia, porque en el Amor, se recibe siempre más de lo que se da, por eso te preguntas una y mil veces, el porqué del motivo que te ha situado en esta “tierra de nadie”y hasta te atreves a sacar una nueva y dolorosa conclusión: El amor que no consigue contentarse mutuamente ¿es amor?, porque si es así, merece no una , sino la más infinita oportunidad.


No huyas del Amor que quieres
por otro que tu deseas
quimera que serpentea
en fantásticos laureles
termina bien los deberes
que te dicta el corazón
no hagas caso a la razón
y obedece a tus sentidos
no vaya ser que has vendido
remedio por curación.



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