Controladores e incontrolados

Lo que protagonizaron los controladores del espacio aéreo nacional español, fue incontrolable: huelga salvaje y desmedida en pleno puente de la Inmaculada (vulgo de la Constitución) sin previo aviso, con premeditación y alevosía. Incalificable actitud de unos profesionales especialistas que han puesto en jaque las garantías y derechos públicos inherentes al estado de derecho. Cuantas historias cargadas de humanidad e ilusiones se han sesgado de la noche a la mañana en los aeropuertos; cuanta impotencia, rabia e indignación en los rostros de las víctimas saboteadas; cuantos puestos de trabajo en peligro y vacaciones frustradas de golpe y porrazo. Ni toda la nieve que ha cubierto las estepas y puertos castellanos; ni la lluvia impenitente que ha anegado los pueblos de sur, ni el viento acuciante que ha soplado por el levante español, son capaces de borrar las quejas, lamentos ni la tinta vertida sobre tan descomunal sinsentido. Sin embargo dentro del estado de excepción que vivimos antes de ser decretado por el gobierno, cabe preguntarse: ¿Si el gobierno tenía prevista la posibilidad de esta salvajada en uno de los puentes más señalados de nuestro calendario, visto los antecedentes caóticos que en otras ocasiones habían protagonizado los controladores…tenía que haber un plan B (aunque fuera con B de burro y no con la B de Blanco “Pepiño”, lumbreras de fomento)? Porque un pais que dice codearse con los del G20 y goza de tan alta autoestima en la zona euro, de la imagen tercermundista que ha dado, ocupando la primera página de los periódicos y noticias mundiales, literalmente secuestrado por los controladores aéreos, me parece francamente vergonzoso. Y sin entrar en los dimes y diretes de los profesionales de las escaramuzas, de los agitadores compulsivos, de los aprovechadores del caos y los sembradores del desconcierto político, me gustaría ver sentados a los controladores aéreos -no en el banquillo de los acusados- que por supuesto lo están por su falta de respeto humanitario y absoluta irresponsabilidad social- sino que me gustaría escucharlos en una mesa redonda o cuadrada, donde no hubiera gallinero político en busca de votos, ni patente de “share” sino alguien superprofesional de los medios( libre e independiente, si lo hubiera), que formulara la pregunta del millón: ¿Son realmente Vdes., tan imprescindibles o necesarios como indolentes para con el resto del común de los pasajeros?...y que cada cual prepare la siguiente pregunta.