sin ajos ni crucifijos

Pues sí, vino a visitarme mi colega y héroe legendario entre la realidad y la ficción, el Conde Vladimir Drácula desde su tenebroso castillo de Transilvania. Lo hacía expresamente para comprobar “in situ” el rumor que corria por los platós de ultratumba: ¿Es cierto aquello de que quieren retirar los crucifijos de los centros oficiales, colegios, institutos y universidades del país considerado como “la reserva espiritual de occidente” y más concretamente la muy “mariana” ciudad de Sevilla”? –jajajajajajajajaja- mi querido Conde, respondí con una sonora carcajada, mientras le servia una copa de sangre de la mejor reserva. Acaso no sabe su señoría, que en nuestra tierra, es donde más chupócteros y vampiros no exorcizados existen por metro cuadrado. Estos presumen de “proges”se calzan la túnica nazarena y el costal, lo mismo que ahora vestidos del “ku-kus-clan”,se dedican a quemar crucifijos…créame, compadre –digo mi querido Conde- y no ponga esa cara, que tiene Vd., más mala cara que Vd., mismo, que ya es decir. Ay, mi aventurero amigo, si es que es verdad: entre los testigos de geová que prefieren morir, antes que someterse a una tranfusión de sangre; la Victoria Beckan (pijota de los cojones) que se le ocurrió proferir la ingeniosa frase de que España huele a ajos y agora la sustitución de los crucifijos, uno no puede reposar en paz en sus ataúdes. Mis vampiras favoritas han recobrado la fe y se dedican a ejercer la prostitución por los polígonos industriales; el hombre lobo se ha vuelto gay y se exhibe por los mejores saraos del brazo de la pantera rosa y a servidor no dejan de molestarme de las televisiones privadas ofreciéndome contratos sustanciosos, por aparecer en los platós, vestido con mis mejores galas y que una tal ¿Belén Esteban…puede ser?, me amenace con un crucifijo hasta hacerme caer en mi ataúd y allí clavarme la estaca en el pecho. Pues, sí –mi ilustre amigo- en eso se ha convertido este país de la tolerancia y el libertinaje…venga, quédese unos días a ver si con suerte nos llama Jesús Quintero, para hacernos la entrevista en directo con el vampiro. Jajajajajajajajaja.