Antonio el sacristán: ¿Señora Encarni, se puede compenetrá?
Encanni: Ay, passa hijo, passa..perdona que te ressiba con esto pelo. De mañana no passa que vaya a la academa hacerme la permanente…
Antonio el sacristán: No se preocupe, está vd., bien de toas maneras. Pues nada, aquí que le traía unas cadenas nuevas de San Antonio de >Padua que me han entrao en oro de 24 kilate…
Encanni: Pero siéntate, hijo, siéntate…pérate, te via poné un cojín en la silla baja…a ve…¡uy, ¡que cossa má preciosa…que monería!...pa mi Antoñito, con lo milagrosso que é este santo…¡ay, pero te via dessí una cossa –Antonio- si este joío niño lo pierde to…toíto me lo ha perdío; er sello con su iníssiale que te compré hasse dó año y entoavia lo toy pagando!...no sé que hassé con este niño…
Antonio el sacristán: Ande vd., sra….si esse niño de vd., es buenísimo y educadísimo y tiene una finura y un empaque..-vamos er puntito ese, que tiene su Antoñito…
Encanni: la verdá é que sí, que mi niño é una prenda –Antonio de mi arma- pero qué dessatre…fiatetú, cuando fuimos el verano passao de ercurssión a Chipiona, se metió en el agua con er flotadó (un neumático de rueda de tractor) y me perdió la esclava de oro con su nombre grabao..¡que dirgurto má grande, Antonio de mi arma!..cuanta lagrimita eché yo..¡ay, la vida!
Antonio el sacristán: Bueno, Encarni, no sea vd., tan mal pensá; por lo menos la esclava la terminó vd., de pagar y además, piense vd., en la de veces que le ha sacado de apuro mis joyas en el Monte de Piedad…
Encanni: ¡oy, dí que sí hijo!, fiatetú Antonio, que ya no son joya, son cabras: cuando le digo que vamo ar Monte, se van sóla las pobres, de tantas vesses como las llevo..¡ay, qué le vamo a hassé –Antonio-, la vida hijo, la vida!...oy…¡qué cossa má pressiosa lo zarcillo esso..qué monería!...y la sortija…oy la sortija…¡por Dio, que cossa má bonitaaaa!...ay, pero deja, deja –Antonio- recoje la manta porque se me hasse los deo huerpede…y ehtá la cossa mu mala…fiatetú si ehtá la cossa mala, que en er cuarté de mi marío han echao a la cabra de la legión…
Antonio el sacristán: Ya será menos, Encarni, en to caso le habrán dao la jubilación anticipada, porque mira que tiene años la cabra de la legión…
Encanni: Bueno, Antonio y hablando un poquito de tó..¿como va la cossa por la parroquia, que me enterao que ha montao un confenssionario er tal D. Servando esse y cobra carissimo por dá la arssolussión?
Antonio el sacristán: ¡oy, Encarni, qué exagerá es vd., por Dios, por Dios!. Primero le diré, que el tal d. Servando, ni es Obispo ni es ná..en tó caso es una avispa, pero con un agijón –así de grande-, se trata de un despechao, que lo echaron de la Hermandad, porque si nos descuidamo, se lleva hasta la corona del escudo y ahora se dedica a despotricar en un blog que ha abierto en Internet como un estercolero, donde vierte toda la información que ha sacao de la cofradía para que esté en boca de todos…
Encanni: oy, oy, oy…Antonio –yo no entiendo ná de lo que me ehtás contando…yo lo que sé é que a mí man dicho que se mea en la pila..¡ay, ¿no será en la pila de agua bendita, no hijo?
Antonio el sacristán: Pues más o menos sí, verá vd., según el diccionario:
"rata de sacristía". Persona que no para de merodear por la iglesia, asiste a todos los actos, muestra gran devoción real o falsa y le hace las rosca hasta la pesadez al cura. ¿Entiende vd., Encarni?....
Encanni: Entonsse se enrefiere a un catrequista como la Merssedita o la Pepita la de lo jamone, de esso der: presiónate coñate que nunca pecate…de comunión diaria y gorpe de pesho…que yo no digo que sean mala mujere –eh-, Antonio, mucho cuidao…¡má buena que una y mú servíciale que son la mujere..si señó!..pero como disse er refrán: a Dio rogando y con er masso dando…
Antonio el sacristán: Bueno, Encarni, que me tengo que ir. No sabe vd., las cosas que tengo que hacer hoy: dos entierros, tres misas de difuntos con requien, dos bautizos, tres confirmaciones, 6 tomas de dichos…
Encanni: Bueno, Antonio, hijo, po poquito a poco y con buena letra…¡oy –mi arma- si no te ofreció ni una tassita de café….ay, dirpenssame –hijo mío- qué derrite má grande…como que esse d. Servando me tiene la cabeza loca…cuidao que por la noche sueño que no me va a dá la arssolussion y me jarto de llorá!...Bueno, Antonio, hijo, que ya iré a verte a la sacristía y a comprar guevo, que me hassen farta…¡ay, qué guevo má gordo tienes –mi arma- no hay otro que lo tenga como tú..hasta de dó yema!
Zorro, ¿qué dices que el sacristán da joya a dita? Po dirme aonde lo puedo encontrar que a mi ma gudtao siempre más una dita que comé con los deo.
ResponderEliminarAhora, eso sí, si tiene algo que ver con D. Servando no, que Monseñó tiene más guasa que naide.
Un saludo