Una canción que nunca terminé
Un camino que nunca recorrí
Unos labios que nunca besé
El agua que nunca bebí
Los brazos que nunca abracé
Lo siento que nunca sentí
La palabra que no pronuncié
La frase que no supe escribír
El libro que no pude leer
La clase que no quise asistir
La mentira respondiendo por mí
La verdad que no supe creer
El bien que recogí…y
El daño que sembré.
Todo, todo floreció en abril
Como los versos –canalla- que escribe el canijo
Dándole a la guitarra
Con un cigarrrillo entre las cuerdas.
Como la misma palabra, escrita en el fondo
Del vaso de un cubata en una noche cualquiera
De olvido y sin blanca
Como la cola y el ron, dulce y amarga
La misma mala leche, mucha malaleche
Cuando el poeta canta
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