El Zorro, ha encontrado la “”10-11”, esa llave multifuncional, versátil, que apreta y afloja todas las tuercas. Una llave que se pierde más que ella misma, que se extravía y aparece y desaparece a su antojo, como el río Guadiana. También ha encontrado las tijeras de puntas curvadas, la que sirve para cortas las uñas de los pies, cuando crecen en demasía y dejan el dedo gordo al descubierto del calcetín. El zorro ya encuentra botellas de agua en el frigorífico, porque no soporta el agua a temperatura natural, incluso en invierno y sabe donde está la barra de pegamento, cuando la necesita y el rollo de texafil y la cinta aislante y el destornillador de estrella y el de precisión que dejó guardado en el cajón de las herramientas.
Ya encuentra todos sus papeles y documentos , que aunque desordenados, sabe que nadie urgará en el cajón de los desatres. El único cajón donde guarda todo, con la certeza que sólo allí tendrá que buscar para encontrar algo. El zorro vivía en el caos de su propio orden y ahora –por lo menos- ha ordenado su propio caos. Tiene una amiga, que aunque no lo sea en realidad, sí lo es virtualmente; la que sabe escuchar (que importante es saber escuchar, sin conceder la razón como se le presta a los locos), sin concesiones, pero también sin reproches, ni acusaciones previas, sólo aportando nuevos puntos de vistas, atajos, salidas de emergencia, con grandes dosis de anestesia para mitigar el agobio y la desilusión de los pasos en falsos.
El zorro, no es que haya perdido el miedo, ni la inseguridad, es más dichas sensaciones permanecen intactas junto con su manido sentimiento de culpa, pero precisamente por eso, porque permanecen intactas y son consustanciales a su enorme personalidad, el zorro, ha encontrado nuevos argumentos que le han despejado los nubarrones y permitido contemplar las muchas estrellas que aparecen en el firmamento claro de su presente inmediato. ¿Se lo debe a esta amiga virtual?...el zorro no lo sabe de cierto, pero agredece mucho y admira que esa persona esté ahí a 1.000 km de distancia, haciendo posible que la ñoñería de un gesto, una palabra, una frase perdida entre líneas y la antítesis de un sabio consejo, pueda proporcionar a alguien sentirse mejor. El zorro ha encontrado la “10-11”, parece una tontería, pero es algo muy serio cuando se necesita.
El Zorro está entonces como un coche con bujías nuevas.
ResponderEliminarMe alegro una hartá de que hayas encontrao la caja de las herramientas.
Saludos
Este zorro merece haber encontrado esa llave.que le permita sentirse pleno.
ResponderEliminarOtra amiga, a mucha mayor distancia se siente feliz si èl logra su realizaciòn personal.