HUMOR AMARILLO y Blanco

A propósito de las JMJ, tampoco hay que culpar a la Santa Sede como responsable de la hambruna del cuerno de Africa, ya que lógicamente 50 millones de euros, que cuesta el evento, no va a solucionar la vergonzante mortandad del tercer mundo, que desde que uno tiene uso de razón viene asolando a estos paises por diferentes causas tan complejas como irreversibles. Lo que realmente me fascina y causa envidia piadosa, es la capacidad que tiene la Iglesia de recaudar fondos –presuntamente fraudulentos bajo el punto de vista fiscal- 50 millones de €s de los cuales nadie responderá y si lo hace, será de manera arbitraria y enunciativa, financiados –según se anuncia a banda de cornetas y tambores- por iniciativa privada y autogestionada por los mismos participantes. Pero lo asombroso no es el coste ni los gastos que genere la visita del Pontífice, sino los beneficios estimados, que ascienden a la increible suma de 100 millones €s. En mis cortas luces, quisiera que alguien me explicara (por favor absténganse analistas políticos y economistas), quien o quienes van a ser los beneficiaros que reciban la parte proporcional que corresponde a ese “botín” apostólico-ecuménico; porque a este aventurero decadente, se le ocurre que sólo van a recibir una buena tajada los propietarios y arrendatarios de los balcones y ventanas que se reparten a lo largo del recorrido, quienes va a hacer (nunca mejor dicho el agosto) al precio de 3000€ por balcón y 120€ por habitación/día, respectivamente. Créanme si le escribo, que del resto de los beneficios, no me creo nada, teniendo en cuenta el coste del Séquito Episcopal, con su respectivo alojamiento y el capítulo de protocolos y seguridad, cuyas cifras presumo astronómicas en los tiempos que corren. Es por tanto logico y humano que el 90% de los católicos no practicantes que profesamos la fe en este paradógico pais que se considera aconfesional, estemos en contra-no de la visita de su Santidad, que siempre será bien recibido como Vicario de Cristo- sino del gasto y la inutilidad de estas JMJ. Primero, porque un millón de jóvenes- que se supone, asistirán al evento-, NO representan al 40% de jóvenes que están en el paro, ni al otro 40% de jóvenes que estudian y se preparan huyendo de ese futuro incierto que les persigue, mientras que el 20% restante de la juventud, se debate entre la “indignación” y el escepticismo… y principalmente, por que Las Jornadas, , por muy espectaculares, multitudinarias y coloristas que parezcan, vienen a paralizar la actividad cosmopolita de todo el centro de Madrid en clara provocación a otros movimientos que igualmente han sido tan discutidos como denostados en sus distintas actividades de orden público. Antes que alguien me venga a recordar los derechos y libertades, así como lo que representa para España, ser el centro de atención y el punto de mira de todo el orbe católico, me voy a calcular a cuanto cabemos 4 millones de parados, entre 100 millones de €s de beneficios, a ver si cae algo.