Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...

Pasó la primavera de mi vida y sigo enamorado...
"la justicia es ciega, pero no tonta"

jueves, 29 de abril de 2010

Los mismos de siempre...

Los Mismos, eran un grupo “ye-ye” de los 60; cantaban aquello de “Tres cosas hay en la vida”. Pero este trío del que les hablo con nostalgia, no tienen nada que ver, con –los mismos- a los que me refiero, es decir: los mismos de siempre. Los que se lo guisan y se lo comen; los que mueren –como el pez- por la boca; los de “justicia Señor, pero por mi casa non”; los que señalan con el dedo acusador a los enchufados con cargos a los presupuestos públicos y ellos mismos están enchufados en todas partes, chupando prensa, radio y ahora televisión digital local. Resulta curioso –cuando menos- observar al más rancio de todos los rancios, que como Dios, está en todas partes practicando el don de la ubicuidad. No sé si por su vertiginosa carrera ascendente en el mundo de la “medioidad”, continuará impartiendo clases en su Instituto de enseñanza, mientras se dedica a escribir cada mañana, el responso habitual contra el alcalde de las facturas falsas a quien apoda con el cariñoso nombre de “Alfredito buenamente”. Sus patronos del Grupo VOCENso, así se lo tendrán ordenado así como bien remunerado para que presente y dirija –cada noche- el nuevo programa de la Televisión digital: Canal 10, recalcando su condición de ser la primera Televisión independiente de Sevilla (permítanme la carcajada sonora: JA). Pero…¿Cómo puede ser independiente, una televisión local patrocinada por el grupo mayoritario del períodico de las tres letras, con tan marcada inclinación política?. Estamos tontos, señores, o es que vemos demasiados anuncios de Línea Directa aseguradora…Pues sí, el más rancio de todos los rancios, acapara esas facetas de pluriempleo mediático, mientras se dedica a cazar “observatorios” que aseguran una pensión vitalicia con cargo a los presupuestos públicos, cosa que tanto censura y condena en su famoso “mester de progresía”. ¡Como está el patio, señores! Y nunca mejor dicho, pues además de no predicar con el ejemplo, el más rancio de todos los rancios, parte reparte y se lleva la mejor parte del pastel de esa editorial eminentemente local, que nació con la noble idea de divulgar la cultura hispalence, favoreciendo y promoviendo las obras de los escritores noveles e inéditos y que en los actuales momentos, se ceba de los propios articulistas del meritado Grupo VOCENso, entre los que destaca el inefable rancio (qué casualidad) y aunque fuera de justicia y méritos propios, siempre nos quedará la duda a los que no nos chupamos el dedo, aunque seamos “tontos de capirote” de observar como bajo el portal de Arte Magro, se orquesta esa –manifiestamente sospechosa- maniobra de publicidad, bajo el título sugestivo de: “RECUERDEN…muy recomendado”. Ay, si es que siempre son los mismos, los mismos de siempre… vuestro amigo, el Zorro.

martes, 20 de abril de 2010

Suspiros de Feria

oy, oy, oy, oy…¡que mujé!...mira como me trae: “chiquilla ten cuidao, que voy arrastrando una quincalla de botone con lo fleco der mantón”…¡chiquilla que me llevo por delante la chaqueta de Priíé jarden de este hombre!...¡cuidao, cuidao!..¿con que tu no tacordaba que vía guerga de artrobuse, verdá mi arma?..¡qué lartima de mujé!...pero sí tacuerda de í a cobrá la pensión ar banco..¡verdá hija!..¡mala puñalá te peguen, como que yo no sé como me atrevo a vení contigo a la Feria!...la curpa la tengo yo y ensima te dá por desí, en medio der Prao, que la lanzadera funsionan a lar mir maravilla y mira la que sa liao allí…¡Dio mio de mi arma, que san presentao catorse piquete echando bombita frética y llamandono “escarola”!...¡qué insurto má grande, comadre y que verguensa má horrorosa, ma echo de passa, cuando le preguntate ar chochero de caballo, que –si por dó leuro, no llevaba a la portá de la Feria- …¡cuidao, cuidao, cuidao!...con rasón te contestó el hombre: “¡Señora, que hase má de trenta año que han quitao la Feria der Prao”.

Y pa cormo de tó lo cormo, te dá por cogé un Trassi, teniendo allí mirmo la pará der metro…porque esque a ti te dá miedo der metro…a ti te dá musho miedo der metro –comadre- ¡que vergüenza!, toa la gente mirándono…y er gachó der bigote con la gafa de só, que paressía talmente er cheri de Bonansa, le dá por preguntarte: que si tu era er marío de la “Manolita Chen” y que tenía musho gurto de llevarte en su coshe de caballo…¡valiente sinvergüenza –er tio-¡…ara que má sinvergüenza fuite tú, diciéndole que laa Manolita Chen, era yo y que íbamos pa er Circo. Meno má que llegó er metro y con er ruido tor mundo se metió en er vagón, mientra yo, me quedaba ronca dándo borssaso a diestro y siniestro…¡qué sofocón –comadre de mi arma, qué sofocón má grande ma esho de passá!. Meno má, meno má, que no vió dando Cambayá porer Puente de San Termo, Juanito er Tarta, que passaba con er carro la nieve y no montó. La cantidá de afoto que no han tirao lo turirta –comadre- en esse carro la nieve montá como dó manola…¡meno má, meno má que hemo enllegao a la Feria: Que por sierto –comadre- ara no macuerdo de la calle ni er número de la casseta….

miércoles, 14 de abril de 2010

PORQUÉ MIS HIJOS NO VAN A LOS TOROS

¿Porqué no van mis hijos a los Toros?...pues mire vd., don Paco y don Joaquín, porque a ellos les gusta y emociona la elegía del Llanto por Ignacio Sánchez >Mejías, les gusta la poesía dúctil y admirable del genial Federico García Lorca al que consideran poeta ultra defensor de la vida, frente a la tortura a borbotones de sangre en los terc ios de picadores y banderilleros. Mis hijos no van a los toros, porque conocen ese Templo al sol más hermoso que el Coliseo romano en su justa medida, porque no le es ajeno, que el coso maestrante sea un tendido abierto al foco de la luz, que lo corona como patrimonio de humanidad y que todo se hace perfectamente conjugable : el redondel anillado con la paralela roja de la sangre; el oro del albero con el ocre de la arcada de medio punto; la deslumbrante arista de la cal con el mármol de las columnas; la piedra tallada con la heráldica renacentista del palco real, el sardinel de los ladrillos con las yagas negras de las rejas heredadas del convento casa grande. No hay que ser muy sensible para captar el glorioso espectáculo de la fiesta; el ritual y la liturgia del paseillo; el resplandor de los alamares brillando en los trajes de luces; el pasodoble preciso de Tejera, la trompeta de Nerva y el solemne aviso de los clarines. Tampoco hace falta ser muy sevillano, para observar el silencio de los vencejos y la puntualidad británica del reloj de la Real Maestranza de Caballería. Pero ante semejante enciclopedia de literatura al aire, mis hijos no van a los toros por la sencilla razón de la tortura…la tortura sí, la tortura romántica que sufre el animal más bonito del mundo en su estampa, en su piel extendida que da forma a la legendaria península ibérica. Todo el arte se envilece y se derrama por el lomo del Toro a borbotones de sangre, lentamente y la luz lo certifica entre el clamor de la plaza. La bravura del minotauro se mide por varas y esa suerte se clava despiadadamente en el lomo del morlaco para aminorar la fuerza de su casta con el falso nombre de la nobleza. Por si no fuera poco, de nuevo se le cita para el baile de las banderillas, crueles garfios ensartados en su lustrosa piel, para que se revuelva en el espanto de un enviste a la ausencia traidora. No, no pueden soportar la Fiesta, ni en el majestuoso marco del Baratillo; mis hijos no van a los toros, porque ven el Arte empañado, por la fatiga de un hermoso eral, llamado fiera, con la lengua fuera de la peor suerte; burlado por las tablas del burladero y el capote en pintura de las mejores verónicas; engañado por el percal de la muleta que hace desaire y desprecio de cada lance, como el gladiador ufano que le brinda a los tendidos, la humillación de una muerte prolongando su faena. Mis hijos no irán a los toros y yo cada vez los respeto más y lo entiendo, como respeto y entiendo cada vez menos, que aún no se haya encontrado una fórmula alternativa para que el animal más calumniado y bello del mundo tenga que sufrir en una Plaza la tortura que continua practicándosele bajo el nombre de Fiesta Nacional.

jueves, 8 de abril de 2010

La AVENIDA es la AVENIDA y a tí....

La Avenida es la Avenida, la de toda la vida, la de la familia, donde nos criamos cofradieramente hablando. Hasta la restructuración de la Expo del 92, era como el “patio de mi casa –muy particular”: Las cofradías pasaban por allí entre empujones, cruces de gente y cangregeo cordial y absoluto. A raiz de tan necesaria restructuración por el bien de las cofradías, se aprovechó para instalar unos palcos “de favor”al objeto de pagar precisamente “favores” a los muchos compromisos que tenía el Consejo con sus hermanos mayores y allegados. ¿Qué paso con ello?, pues que los abonados que ocupaban el sector de “filella”, fueron reubicados a partir del sector Alemanes-gradas sin más derecho que la indignación y el pataleo (que eso es lo que hay y para eso nosotros somos “Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como”). Bueno pues habida cuenta la impunidad con que actuó el Consejo –mande vd., cartas al director y formule cuantas hojas y quejas de reclamaciones considere necesarias, que aquí nos conocemos todos y sabemos como se pagan los “favores”-, la Avenida adoptó un cierto “look” más “ pijo fruto de la incorporación de “ocupas” procedentes de los madriles y otras localidades interesadas en vivir cómodamente la Semana Santa madre y maestra. Pero como esta Sevilla es más nuestra que la madre que nos parió y aquí volvemos a “rejuntarnos” los herederos del más sublime vecindoneo, donde quiera que nos encontremos, la Avenida –poco a poco- volvió por sus fueros y se reafirmó asímisma en las “gradas” donde convive cada año, reivindicando sus añejas costumbres y esencias. Allí los niños vuelven a campear desde las primeras filas a sus anchas, aprendiendo esa Semana Santa fastidiosa que la emprende con los cirios de los nazarenos, las estampitas y los caramelos para después corretear por las gradas, atropellando a todo cristiano que peatone por ellas. Allí las abuelas impertinentes, las Sras.de edad recompuestas, cuchichean y no dejan títere con cabeza, cuando no practican la falta de respeto más bochornosa al paso de las distintas cofradías –claro está- que no sean las de su especial predilección, como por ejemplo: las coreografías de Jesús Despojado; el pasocristo de la Estrella; San Gonzalo; San Benito, etc, etc..pero lo mejor es que allí –en la Avenida de toda la vida- se continuan merendando los más suculentos bocadillos de toda Sevilla, especialmente diseñados por las priostes de los abonados, que envueltos en papel de plata, resucitan hasta a los penitentes más acérrimos, cuando se paladean acompañados de las más refrescantes bebidas. Gloriosas degustaciones cuyos efluvios alimentan el ambiente de tal forma que a más de un espectador se le caen las lágrimas…Otra cosa especial de la Avenida es que por ella te puedes mover como en las mejores bullas, siempre que respetes la circulación de los “carritos” o no tropieces con los que están mal aparcados o prácticamente abandonados a su suerte. El personal de seguridad contratado por el Consejo, se afana cada año –en vano- por que la circulación por los pasillos sea fluida, cosa que los mismos abonados que protestan, se encargan ellos mismos (nosotros)en colapsar. Como cada año hay novedades –este último- como no podía ser menos, se les ocurrió a los incautos “jefecillos” de seguridad, prohibir la entrada en los distintos sectores de la Avenida de los “carritos” –fijate tu- sevillano tenía que ser el hombre…lo cual originó serias disputas que se cobraron una víctima brutalmente golpeada a puñetazos…¡quien diga que no es distraida la Avenida, verdaderamente es que no le gusta la Semana Santa!
Bueno y poco más que añadir tiene este aventurero decadente, sobre las reflexiones vertidas entre cigarro y cigarro, desde su silla en la Avenida, salvo que en ocasiones, me dá miedo observar la ingente multitud que se agolpa en las vayas del cruce Alemanes-García Vinuesa que a mi modesto entender, ha funcionado este año rayando la perfección, gracias a la fluidez que le ha marcado la presencia de efectivos policiales, dentro de ese plan de evacuación improvisado a última hora por el CECOP, que merece un capítulo aparte.
Vuestro amigo, El Zorro.

martes, 6 de abril de 2010

MERENDERO OFICIAL

Entre cafelito, torrija, foto y detalles, este aventurero decadente se pegó sus “paraitas” en su sitio de abonado en la Avenida (tradición familiar que se remonta más de 40 años)y viendo lo que se vé por allí, entre cigarro y cigarro y sobre todo lo que se escucha –uno no tiene por menos que saltar de indignación-.
No es un privilegio ser abonado de la Carrera Oficial, teniendo en cuenta las horas que se echan en cada parcela, multiplicadas por el espectáculo gratuito que contemplas y los días de la Semana que dura. Tampoco supone privilegio alguno, ocupar ciertos sitios inverosímiles en cuanto a vistas e incomodidad, fruto de la descabellada demanda por parte de algunos usuarios y la indecente oferta del CG HHCC por atender a tantas peticiones como se siguen formulando en beneficio –supongo- de las arcas de nuestras Cofradías. Tampoco voy a ser yo, por muy justiciero que quiera, el que diga que la Campana es un mentidero hacinado, donde las cofradías, más que presentarlas al pueblo, se las presentan a las amistades, medios de comunicación, ilustres personalidades, egregios invitados y figurones en su más amplia y variada gana de especímenes. En cuanto a la calle Sierpes, continuará siendo una ratonera por más planes de evacuación que se improvisen en cada cuaresma. Un verdadero suplicio para los cuerpos de nazarenos, amén de un desvergonzado jardín de infancia, donde los niños campean a sus anchas para alivio de sus sufridos padres (la madre que los parió) y lo malo es que así continuará la cofradiera calle Sierpes, mientras no tengamos que lamentar alguna víctima que no sean los cortejos procesionales.
Los palcos: siempre ha habido ricos y pobres y creo que no molestan el discurrir de las cofradías ni el transitar de la prole; precisamente por eso, porque están perfectamente acotados y reservados a sus privilegiados moradores. Aunque los progres se afanen en llevar todos los años a un limitado número de jubilados humildes, para que lo disfruten al tiempo que hacen propaganda electoral….En cuanto a la Avenida, la Avenida, bueno, dejaré la Avenida para una próxima entrada…

la guarida del ZORRO

PROHIBIDO LOS JUEGOS DE PELOTAS, BICICLETAS, PATINETES, AROS, ETC. ETC., EN LOS PATIOS, PASILLOS Y AZOTEAS